La adaptación en la guarde de Óli

Bueno, hace tiempo que no me pasaba por aquí, y aunque tengo otros posts pendientes, quería compartir esto que nos está pasando, porque después de mucho tiempo me han vuelto las ganas de escribir.

Hemos tomado la decisión de poner a Óli en una guardería, porque tanto Rodrigo como yo trabajamos en casa y se nos estaba haciendo realmente cuesta arriba entregar lo pendiente. Si acababamos los trabajos ni le dábamos bola a Óli. Además tenemos otras dos hijas, una llega a las 15hs del instituto y a la mediana hay que ir a buscarla al cole a las 16,15hs.

El día así no rinde para todo el trabajo que tenemos.

No encontrábamos ninguna guarde que nos gustara, que fuera respetuosa y que no costara un riñón. Hasta que Cris, de Laboratorio de Mamá, vecina y amiga, me recomendó la de sus hij@s. Al principio no di mucha bola porque queda a 10 minutos en coche, pero llegó un momento en que la desesperación me hizo re valorar esos 10 minutos. Vivo en una zona residencial y a pie solo hay una guarde que no me gusta nada y de la cual tengo malas referencias, así que decidimos llamar a la guarde para preguntar si había plaza y ¡booom! una plaza libre.

Fuimos a verla y nos sorprendió lo respetuosos que son con las familias, ni caras raras ni comentario por colechar, dar teta o parir en casa, solo ilusión por los niños.

 

Al otro día de apuntarlo lo llevamos y empezamos con una dura adaptación.

En la guarde son flexibles para esto, me dejaron quedarme toda la mañana durante la primera semana, pero un día tuve que empezar a dejarlo gradualmente, porque al fin y al cabo ¡tengo que trabajar! y el primer día se pasó los 40 minutos que me fui, llorando, gritando y pateando la puerta.

El segundo día solo 20 minutos gritando… y se pasó un rato jugando. Y así de a poco empezó a quedarse mejor, algunos días triste pero más relajado, hasta que estos últimos días se está quedando sin llorar.

Ahora viene la segunda fase, que es quedarse a comer, para que cuando se acostumbre lo podamos dejar todo el día.

 

Ha sido duro para ambos, pero… hay que trabajar girls! y mientras pude quedarme con él lo hice, y me siento muy orgullosa de ello.

La semana que viene os cuento como fue pasar a todo el día.

Hasta luego!